Te has marchado para siempre, y ni si quiera me has dado la oportunidad de despedirme de ti. Cuando me dejaste antes del verano, pensaba que como siempre te habrías agobiado por la distancia que había. Sin embargo, al volver al colegio, con la esperanza de volver a verte y de pasar juntos este ultimo año de colegio, me encontré con tu ausencia. Había un pupitre vacío con una bolsa de libros en los que ponía tu nombre, ese precioso nombre de 7 letras... Esa misma tarde te llame, y no me cogiste el teléfono. Hable con tu hermana y me dijo que estabas de viaje, que volverías en un mes, pero el tiempo paso, y tu no volvías... Llegaron las navidades y yo pensaba que me habías engañado, que te habrías cambiado de colegio o cualquier otra cosa... Preguntaba a tus amigos y me decían que pronto volverías, parecía que todo el mundo me ocultaba algo, que todos sabían algo y yo no sabía nada. Recuerdo como me mirabas y pronunciabas aquellas palabras... yo, con mi inocencia todo me creía. El 27 de diciembre entere de que estabas aquí, de que llevabas un mes en la ciudad, sin embargo nunca te veía. Pasaba por tu casa, iba a aquellos lugares que sabia que significaban algo para los dos, y no estabas... En el fondo de mi conciencia, sabia que algo te había pasado, que aunque lo habíamos dejado, una amistad de tanto tiempo no se podía estropear por eso. El 1 de enero te llame a casa para felicitarte el año, y me cogió el teléfono tu madre, como siempre me pregunto que tal estaba, que hacia mucho tiempo que no me veía... Yo notaba algo raro en su voz, era algo entrecortada, y daba la sensación de que quería contarme algo, sin embargo yo le pregunte por ti, titubeó, dudo unos instantes y luego me dijo que habías salido. Me despedí de ella y me fui a dar un paseo.Tu casa y la mía están a menos de 10 minutos caminando, y no se como ni por que aparecí frente a tu puerta. De pronto levante la cabeza y te vi ahí en tu ventana, te asustaste al verme, y me hiciste un gesto con la mano. Saliste a la calle y me saludaste, te vi diferente, no se, extraño. Mas delgado y con cara de tristeza... Me invitaste a entrar dentro, me dijiste que estabas constipado y que no podías salir, también dijiste que tenías que contarme algo, sin embargo mi móvil sonó, era mi madre, pidiéndome que volviera a casa, te acercaste a mí, me diste un beso en la mejilla y me susurraste "tengo al esperanza de que algún otro día pueda ser..." Me quedé desconcertada y me fui. No caí en tus palabras hasta después de un tiempo. Ahora me doy perfectamente cuenta de lo que me querías decir. Al día siguiente me levante, era domingo, y como estábamos de vacaciones me fui a jugar al tenis. Cuando llegue allí, me encontré a tus amigos, estaban corriendo hacia los vestuarios muy apresurados, y les pregunte: a donde vais? que os pasa? ellos se pararon y me miraron a los ojos, recuerdo como si fuera hoy aquel grito de fondo: EL ESTA MUY MAL! No hizo falta que dijeran nada mas, fui a casa, me cambie y cuando estaba saliendo por la puerta llego tu hermana, me dijo que traía algo de tu parte. Era una carta, la abrí y la leí. Decía: ""... se que te habrás hecho un sin fin de preguntas durante todo este tiempo... Se que puedes estar enfadada conmigo, pero no he querido explicarte nada hasta el final. Lo he hecho por ti, créeme, se que era lo mejor par los dos, o al menos lo mejor para ti. Cuando te deje antes del verano, te dije que ya no te quería, que en realidad nunca me habías gustado. Te mentí mi niña, te he querido desde el primer día, desde aquel día que te vi en la piscina de nuestra urbanización, desde que tenias 8 años... Te he visto crecer, hacerte mujer, y siempre tuve la esperanza de que algún día fueras mía. Parece contradictorio ¿verdad? te preguntaras por qué un día fuiste mía y te deje escapar ¿verdad? no se muy bien como decirte esto, solo se que en mayo del año pasado me diagnosticaron una enfermedad. Me dijeron que había pocas posibilidades de que me curase, y lo primero que me vino a la cabeza fue tu imagen, tus bonitos ojos verdes y tu pelo castaño claro y levemente ondulado, aquel lunar de la cara... Pensé que no podría decirte nada, que solo te haría sufrir, y se me ocurrió que lo mejor para que no sufrieras, era que estuviéramos distanciados, que apenas nos viéramos... Se que por mi parte esto no ha funcionado, que al menos yo no he dejado de pensar en ti ni un solo instante... Te he visto todos los días pasar por delante de mi casa, he ido al recreo sin que me vieras... Tú, mi niña, eras lo único que me ha hecho mantenerme vivo estos meses... Sin embargo parece que el amor no es lo único que hace seguir vivo a una persona. Cuando leas esta carta, será que estoy perdiendo mi batalla contra el cáncer, será que es uno de mis últimos días... Lo último que quiero decirte es que me recuerdes tal y como era antes de todo esto, que tengas el recuerdo de aquellas tardes juntos, de aquellas llamadas interminables, de aquellas miradas... Por ultimo, te pido que por favor no vengas a verme al hospital, no quiero que tengas este recuerdo de mí... Me da pena no irme de este mundo con un último beso tuyo, pero nunca olvidare cada uno de los besos que me diste, que te robe... Se feliz mi gordi, no vivas de algo que no termino, no te olvides nunca de mi, se feliz, aunque sea con otro, y piensa que siempre te estaré cuidando desde donde quiera que este... ¡¡TE QUIERO...!!" termine de leer tu carta, y me eche a llorar, como creo que es lógico. Mire a tu hermana y le pregunte que en que hospital estabas. Ella sabía que tú no querías que lo supiera pero aun así me lo dijo y me fui corriendo. Cuando llegue al hospital estabas en la UVI. En la sala de espera me encontré con tus padres y con el resto de tus hermanos, me abrace fuerte a tu madre y lloramos las dos. Me comento que aún no les habían dejado pasar. Al rato llego el medico y dijo que solamente podría pasar una persona 10 minutos. Tu madre me miro y me dijo que pasara yo, pues ellos ya llevaban mucho tiempo despidiéndose de ti y ahora me tocaba hacerlo a mí. Corrí hacia tu habitación y cuando entre estabas consciente y preguntaste: ¿mama?, yo no te conteste, me acerqué y te di un beso en los labios y te susurre: no quería que te fueras de aquí sin el ultimo de mis besos. Abriste los ojos, sonreíste, me apretaste la mano y pronunciaste tus ultimas palabras: "espero que me perdones algún día, te he querido siempre y siempre lo haré, no te olvides que siempre te cuidare desde donde quiera que este, y sobre todo se feliz". Mi mano se soltó y supe que te habías ido para siempre. Sin embargo, se que siempre estas conmigo. TE QUIERO, estés donde estés...
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